miércoles, 8 de julio de 2009

Jugando al escondite


Mi estimada y desconocida felicidad:
Mi pueblo te aclama, y como representante de este reino imaginario te pido que a ellos lleves un abrazo con brazos fuertes y torneados que brinden seguridad, y a mí me des un poco menos de soledad y un poco más de expectativas.


Mi estimada y desconocida felicidad, deja de jugar, porque mientras tu te escondías mi pueblo fue madurando. Y tanta madurez hace que nuestros árboles se queden sin hojas y nuestros panales sin miel.

¿Dónde estas?

No seas niña, te estamos buscando.

1 comentario:

mariajesusparadela dijo...

Se ha venido a Paradela, pero no te preocupes, sabe que la estais buscando y volverá pronto. Yo, tengo que decirlo, la trato bien y no le propongo juegos como el escondite,para que no se vaya:le propongo largos paseos, lecturas de libros, entradas interminables en internet...no es que yo sea egoista, es que su compañía me hace tan feliz...
(precioso lo que has escrito)