miércoles, 30 de marzo de 2011

Lección del Día

Hoy aprendí que, como tantas cosas en la vida, arrancar la mala hierba de raíz no es cosa de fuerza sino de técnica. Y es algo que no se puede enseñar de palabra o aprender de mirar, también, como tantas cosas en la vida, es necesario estar ahí, tomar el tallo con las manos y sentir el proceso.




Creo, princesa, que hoy lo hemos hecho bien :)

miércoles, 23 de marzo de 2011

Mujeres al rededor del Fuego...


Hoy llegó esto a mi buzón y os quiero mostrar mujeres... 

Cuando las cabezas de las mujeres se juntan  ,,,,,,,  alrededor  “del fuego”

Alguien me dijo que no es casual…que desde siempre las elegimos. 

Que las encontramos en el camino de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan.
Pasan las décadas y al volver a recorrer los ríos esos cauces, tengo muy presentes las cualidades que las trajeron a mi tierra personal.
Valientes, reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando, muriéndose de risa, consolando.
Arquitectas de sueños, hacedoras de planes ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna.
Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”,nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen,
inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen.
Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las idas para afuera en vacaciones, el patio de un colegio, el galpón donde jugábamos en la infancia, el living de una casa, el corredor de una facultad, un mate en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita o ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de las otras.
 Las de adolescentes después de un baile, o para preparar un exámen, o,  para cerrar una noche de cine.
Las de “veníte el sábado” porque no hay nada mejor que hacer en el mundo que escuchar música, y hablar, hablar y hablar
hasta cansarse.
Las de adultas, a veces para asilar en nuestras almas a una con
desesperanza en los ojos, y entonces nos desdoblamos en abrazos, en mimos, en palabras, para recordarle que siempre hay un mañana. A veces para compartir, departir, construir, sin excusas, solo por las meras ganas.
El futuro en un tiempo no existía. Cualquiera mayor de 25 era de una vejez no imaginada…y sin embargo…detrás de cada una de nosotras, nuestros ojos.
Cambiamos. Crecimos. Nos dolimos. Parimos hijos. Enterramos muertos.
Amamos.
Fuimos y somos amadas. Dejamos y nos dejaron. Nos enojamos para toda la vida, para descubrir que toda la vida es mucho y no valía la pena. Cuidamos y en el mejor de los casos nos dejamos cuidar.
Nos casamos, nos juntamos, nos divorciamos. O no.
Creímos morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza de
seguir. Bailamos con un hombre, pero la danza más lograda la hicimos para nuestros hijos al enseñarles a caminar.
Pasamos noches en blanco, noches en negro, noches en rojo, noches de luz y de sombras. Noches de miles de estrellas y noches desangeladas. Hicimos el amor, y, cuando correspondió, también la guerra. Nos entregamos. Nos protegimos.
Fuimos heridas e inevitablemente, herimos.
Entonces…los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar.
Porque juntas construimos nuestros propios cimientos, en tiempos donde nuestro edificio recién se empezaba a erigir.
Somos más sabias, más hermosas, más completas, más plenas, más dulces, más risueñas y por suerte, de alguna manera, más salvajes.
 Y en aquel tiempo también lo éramos, sólo que no lo sabíamos. Hoy
somos todas espejos de las unas, y al vernos reflejadas en esta danza cotidiana, me emociono.
Porque cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor “del fuego”  que deciden avivar con su presencia, hay fiesta, hay aquelarre, misterio, tormenta, centellas y armonía.
Como siempre.
Como nunca.
Como toda la vida.

Simone Seija Paseyro

domingo, 13 de marzo de 2011

... peculiar, pero placer al fin y al cabo.

Me descubro, realmente no vengo de Etiopía. Soy tan mexicana como el mariachí

¿Quien iba a decir que algún día dedicaría está canción, y que además disfrutaría de hacerlo?

Pero así es; darle fondo al caballito de tequila, mirarle a los ojos y decirle a aquel que se marchó, que realmente no estabas sentada esperando su regreso... en definitiva es uno de los placeres de la vida que toda chica, mexicana o no, debería saborear alguna vez en su vida.

Y les digo un secreto? Ya me lo pensé y así ofrezca el mundo entero, no estoy interesada en volver.

viernes, 11 de marzo de 2011

CONTRADICCIONES FEMENINAS

Cuando era niña yo quería ser niño...
No fue hasta la educación primaria que lo desee de verdad. En el preescolar no hay mayor problema, todos corremos para un mismo lado. Jugar al escondite era algo asexual, y si subímos a un árbol las maestras corren despavoridas a bajarnos  a todos. Y entonces ponemos caras de inocencia y estamos perdonados Porque somos tan tiernos los unos como las otros.

Decir, "Todos" o "nosotros" cuando somos más niñas que niños no es motivo para una discusión feminista acerca de lo machista de nuestro léxico.

Todo está bien...

Entonces llegué a la primaria, donde tuve que cambiar el simple mandil que llevaba sobre la ropa por una falda y unas calcetas blancas que se ensuciaban con una facilidad casi inverosímil. Al principio me agradó, me sentía mayor por el sólo hecho de ir a la primaria y ser "una niña grande" pero la primera vez que intenté subir a los arboles del patio todos los niños me vieron los calzones y tuve que vivir con burlas por un par de semanas. (sin contar que las dichosas calcetas terminaron más negras que en un día promedio) Pero de todo se aprende y entonces mi madre sabiamente me aconsejo llevar un short bajo la falda que me permitiera no pasar vergüenzas.

Las cosas no estaban tan mal...

Ya iba yo en el segundo año de primaria y mi inclinación por jugar con niños en lugar de niñas empezó a resaltar un poco.

-¿Porqué no juegas con las niñas? -me preguntó mi mamá
-¡Porque no les gusta ensuciarse!

Así de simple. Si me lo preguntan me parece una respuesta bastante clara y lógica. Sin embargo... no era la respuesta correcta. Mi mamá (que por ese entonces padecía del mal carácter post-divorcio) me dio el sermón de mi vida, con la premisa de que tampoco a mi debería gustarme ensuciarme. Dijo algo de las pobres calcetas blancas a las que tanto cariño les tenía y de lo raspadas que ya estaban mis rodillas.

-¡Nunca vas a poder usar falda! -se burló mi hermano de 18 años. Lo miré confundida preguntándome si no era bastante clara cuando decía lo poco cómodas que eran las faldas.

Amaba el Fut bol, y decía ser el mejor portero del mundo.

-Portera -me corregía mi mamá
-¡Jorge campos es portero no portera!

Al menos eso le resultó divertido. Había niñas en mi clase, a las que ni siquiera las dejaban jugar pelota con los niños.Yo tenía a la mejor mamá del mundo en comparación.

Pero en tercer año las cosas cambiaron. Los regaños por las calcetas blancas se volvieron gritos, regresar con las rodillas raspadas ya no le resultaba gracioso, y hasta mi manera de sentarme era motivo de discusión.

Y entonces aquella pregunta inicial perdió sus signos de interrogación en alguna parte del camino y se volvió en un "deber".

"¡Las niñas juegan con niñas!"

Y entonces comencé a decirlo.

-Pues entonces yo quiero ser niño

Si mi hermano el menor o alguno de mis compañeros de clase querían hacerme rabiar simplemente tenían que decirme "Eres niña". La primera vez que no me dejaron incluirme en el grupito de niños por ser mujer llore todo el recreo en los sanitarios. Un día un niño me repitió tantas veces el "insulto" que estuvo apunto de hacerme llorar en frente de todos, al notarlo cambió su "Eres niña" por un "¡quiere llorar, la niñita quiere llorar!". Error.

Estuve en la dirección, ese día me gané mi primer reporte, muchos gritos y una semana sin televisión. Sin embargo al dia siguiente el niño no se me acercó. Recuerdo haberme sentido como un brabucón de chamarra de cuero que había visto en una pelicula mientras pensaba de manera altanera "¿alguien más aquí cree que soy niña?" Claro que no.

Tercer y cuarto año fueron los mejores en esa escuela. Mis amigos me respetaban y me seguían. Si alguien se metia con ellos yo los defendía, si veía a un grandulón agredir a un pequeño me le ponía a su altura. Se decía que yo me la pasaba metida en peleas, realmente solo recuerdo 3...  después ya nadie se metió conmigo.

Había un grupo de niñas que llevaban sus conocidas muñecas Barbies a la escuela para jugar en el recreo, un día una de ellas se acercó a la cancha de futbol en medio de un partido.

-¡Juego! -gritó ella
-Lo siento las niñas no juegan -dijo el Capitan del equipo
-¡Pero Scarleth está jugando! -Se quejó ella con voz chiyona
-¡Pero ella no cuenta! -le contestó él

No habría forma de describir mi sonrisa en aquel momento. pero sí puedo decir que en ese partido no me metieron ningún Gol. ¡¡Por fin lo había logrado!! Sé que a algunos eso podría resultarles ofensivo pero para mi era el mejor alago que nunca jamás me habían hecho.

Las cosas no permanecieron así mucho tiempo. Ya desde que entramos a quinto la "epidemia" de la mesntruación femenina comenzó a invadir nuestras clases, incluso nuestras platicas. Los niños no se enteraban pero las niñas solo hablaban de eso. Cuando a Ce y a Ene (dos niñas que no eran tan desagradables como el resto) les sucedió dejo de ser solo un mito para volverse una realidad.

-¿Y entonces cuando te llega te conviertes en mujer? -le pregunte a mi profesora y ella me contestó con un gran "así es"

Y como la gripe a una tras otra les fue llegando... "Ya eres una señorita" les decía la maestra felicitandolas y entre ellas cuchicheaban que ya eran mujeres adultas. Yo me sentía inquieta... y se lo platique a Isaac. Aquel capitán del equipo que hacia tiempo se había convertido en mi mejor amigo.

-Tranquila -me dijo- Mi mamá dice que las cosas que les pasan a las personas les pasan porque quieren. entonces como tu no quieres no te va a pasar.

Me alegré. Si la mamá de Isaac decía eso, debía ser verdad.

Pero había algo diferente... ya no era desagradable quedarme con Ce y Ene en las gradas a platicar aunque me perdiera un partido, me miraba al espejo y ya me preocupaba por el desastre que era el cabello de la la que me regresaba la mirada, y además la cercanía con el capitán del equipo ya me intimidaba un poco.

-¿No creen que el capitan tiene una linda sonrisa?

Creo que esa fue la frase del cambio. Porque sólo unos días después de notar la sonrisa del capitán, pasó lo inevitable.

Mi regla llegó y con ella la constatasión de un hecho irremediable. A pesar de todo mi trabajo, a pesar de todo lo que me había esforzado, al final Scarleth, el mejor portero del mundo... era niña.

¿A que vine esta larga entrada? Bueno... viene a que si me hubiesen dicho en aquel tiempo que hoy, unos cuantos años después (pocos, claro) estaría festejando ser mujer le hubiera roto la cara como a aquel que me dijo que era niña.

Pero eso es la evolución, tanto personal como social. Porque aun puedo parar un balón en una portería y además hoy en día soy una buena pareja de baile, no le tengo miedo a la suciedad pero también aprendí los beneficios de usar un buen perfume, sigo odiando las faldas (aunque a veces son muy convenientes he de admitir) y puedo verme sexy y femenina en un par de jeans bastante cómodos.

Puedo ser niña si quiero, volverme mujer en un pestañeo... y disfrutarlo. Ya no quiero ser niño, y el ultimo beso que he dado me hizo sentirme afortunada de no serlo.

Un tanto atrasado... pero Feliz día de la mujer para nosotras!!!!!