jueves, 19 de agosto de 2010

Otro jueves más...

Hoy se llevaron mi sala.

La sonrisa del comprador (novio de una gran amiga) y su entusiasmo por adquirirla deberían hacerme sentir bien... pero no, hoy no, tal vez mañana, tal vez pasado.

Pero mi sala ya no tiene pasado mañana, tal como el jueves cobarde.

ni tampoco lo tendrán los libreros, ni las televisiones, ni siquiera el refrigerador o la lavadora, ni hablar de mi recamara porque si la menciono lloro nuevamente.

¿Quien mencionó el palacio?

Pero así son las cosas... y todos los cambios son para bien ¿no?

¿saben que? no. No todos los cambios son para bien, pero ¿que otra cosa nos resta decir?

lo que sí es que la esperanza muere al ultimo y aunque no todos los cambios son para bien, no queda más que esperar que este sí lo sea.

martes, 17 de agosto de 2010

Otro jueves cobarde

Después de una cancelación, el jueves 17 de junio lo vi y le dije que me había quedado estancada, le dije que al hablar de él lo hacía como si estuviese muerto y que patéticame no había amado a nadie como a él.  
He de confesar que cuando llegó el momento de decir "te amé" me quede trabada como computador viejo. 

"nunca te había visto atragantarte así con tu orgullo" comentó él sorprendido

y yo me reí, porque él siempre supo que yo era orgullosa y yo apenas lo venía descubriendo. 

cuando llegó su turno de monologar un "te quise, sabes que te quise" puso la cruz a la tumba de lo nuestro. Y fue sencillo darme cuenta de que lo muerto era la relación y no la persona a quien yo amaba.

"es gracioso... venía aquí para confirmar que la persona que fuiste cuando niños ya no existía, y vengo a notar que aquí estas hablando de coches y de aviones sólo con el cabello algo más largo" 

y entonces comprendí que en realidad ese era el objetivo desde el principio. 

Saber  que aunque andamos por el mismo mundo, tu ya hiciste tu camino y yo tendría que empezar a andar el mió. 

"Si estamos en un "habla ahora o calla para siempre" ¿por que no terminas?" dijiste cuando estábamos por despedirnos.

 Me río. Había olvidado que sabias leer en mis ojos.

"Bésame" noto el brillo de la sorpresa en tus ojos y veo como comienza a volverse frustración, aprietas los puños y te muerdes los labios. Yo sonrío y acaricio tu mejilla

"Esta bien Nestor, yo puedo decir "no" por tí" aun dudas y yo trato de infundirte confianza hasta que la decisión aparece en tus ojos

"Es el "no" más difícil de toda mi vida"

mi sonrisa se ensancha. "debes quererla mucho"   

No lo sabes pero yo te dí el ultimo beso en ese momento. Era un "gracias" porque encontré lo que buscaba y ahora puedo seguir y no estar más estancada.