sábado, 31 de octubre de 2009

De sueños y amores primeros...

Siempre he creído que los sueños del 31 de octubre tienen un significado especial, siempre había tenido sueños misteriosos que me hacían más interesante mi amanecer mientras trataba de desentrañarlos; esperaba con ansias el sueño de esta fecha y con que me vengo a encontrar... resulta que sueño contigo.

Mi primer amor y el último (no el único pero aun así suena tan pátetico...)

te abrazo y siento mis manos aferradas a tu espalda tratando de asegurarme que no sueño, que estás aquí. Girando y sonriendo, me cargas como hacías antaño, con la ligereza de quien no ha subido un gramo de peso desde la ultima vez hace tantos años, seguro es que tu eres más fuerte, mal alto y gallardo, lo noto, pero tus ojos son los mismos, esos que de mi pueden conseguir todo. 

Me tomas de la mano y charlamos, tu sonríes, pareces contento yo estoy confundida, la sensación de déja vu es casi tangible, solo faltaba aquella blusa rosa que adorabas y que ahora es un remanso d tela guardada, no he podido tirarla. 

¿Cuantos años teníamos? ¿12? ¿15? Once cuando fue el primer beso, lo recuerdo de una manera tan clara y poco saludable, éramos unos niños y sin embargo ví estrellas cuando rozaste mis labios. Fue un buen beso... el primero, ese envuelto de magia y ternura, y después el primero en tomar mi mano por las calles, mi primera cita, mi primer desilución y la primera reconciliación... crecí contigo, juntos nos despedimos de la niñez y vivimos la adolescencia... me hubiera gustado tenerte en esta etapa también... 

Me canso de decirme: supéralo, me reto a mi misma y ¿qué logro? soñar contigo... 

¿Han escuchado la frase "El amor verdadero es tan sólo el primero... y los demás son solo para olvidar"? me parece una maldición, porque no es posible que no haya vuelto a ver estrellas al besar a alguien... comienzo a pensar que no existen, no hay magia en los besos y el amor es sólo un mito... ¡quiero estrellas! La princesa se queda con el príncipe, ¡Así debe terminar este cuento!
   

viernes, 23 de octubre de 2009

Una nueva responsabilidad!



Esta excéntrica princesa de los sueños que hoy les escribe ayer se ensució las manos. Y fue genial.
Nunca he sido delicada para nada, y siempre he creído que la mujer es débil y desvalida cuando quiere y le conviene, pero en realidad todas somos capaces de hacer tantas de esas cosas que se consideran sólo para hombres. Por ejemplo: a principios de este año aprendí a cambiar una llanta. Alguien me dijo: "¿Para qué? No creo que te cases con alguien que te deje cambiar una llanta"

Respuesta:

En primer lugar: Nunca se sabe... Aunque yo creía que sí, he descubierto que no todos los hombres saben de mecánica

Segundo: ¿Y mientras me caso qué? ¿Le pido al automóvil que no se ponche por favor?

Y tercer lugar: ¿Y si no me caso?

Cambiar una llanta fue un gran logro. Y aunque quizá no tenga la fuerza suficiente para apretar las tuercas al menos no me quedare varada en medio de la nada y saldré adelante hasta encontrar, ahora sí, a un principe gallardo y fuerte que me ayude.

Como dicen por ahí "la cosa es buscarle"

Pero ese no era el logro que quería platicarles.

Ayer por primera vez podé el jardín de palacio que, desde que hermanito partió, se había vuelto toda una selva.

Con Blink, Depeche, y alguna otra popera contemporánea resonando en las bocinas del estéreo y el rugir de la podadora en mis manos, la tarea desconocida se volvió divertida.

Aunque como no, a los 10 minutos de empezar, la podadora dejó de cortar y parecía que sólo aventaba aire. Me asuste ¡la primera vez que la agarraba y ya la había descompuesto! típico. Corrí al teléfono y marqué la larga distancia para que mi hermano me salvara la vida. No había nada mal y entre risas burlonas me sacó de mi apuro.

-Madre -le dije a su alteza con una gran sonrisa -de ahora en adelante yo me encargo del jardín

Una nueva responsabilidad que tomo con gusto.

Una buena princesa debe saber hacer de todo. ¡Hay que dar el ejemplo!
   

miércoles, 14 de octubre de 2009

Para tí extraño!



Hoy pensaba vida, recostada en los bosques de palacio, como es que la princesa de los sueños es, entre otras tantas cosas una niña mimada.

Padre, gracias... ¿de tus predilectas? como dudarlo... me enorgullezco y te lo agradezco. Terca y orgullosa, desconfiada incluso contigo y aun así estás conmigo.

Gracias es una palabra demasiado austera para lo que trato de trasmitir y sin embargo sirve igual que cualquier otra, quien sí no tú  comprendes.

Gracias por los caprichos cumplidos, por los consuelos dados y por los mimos de mis sueños, por sonreirme tiernamente cuando me equivoco y por mirarme con reprobación cuando me paso de la raya y sobre todo por estar conmigo cuando creo estar sola.

Siempre buscando sustitutos y hasta ahora me vengo a dar cuenta que el original siempre estuvo ahí... la eterna despistada!

Te amo papá!

domingo, 4 de octubre de 2009

,,,

Me besó anoche cuando todos los invitados de palacio se hubieron marchado y la princesa se iba a retirar a sus aposentos... me besó con un nerviosismo tal que desbordaba ternura. Siempre me ha parecido tan frágil, me besó y yo sabía que tarde o temprano lo haría, mía culpa por desear que estuviera cerca de mí, mi sonrisa se ensancha cuando lo veo, siempre tiene de que hablar, yo no tengo que preocuparme por eso y me es tan grato... pero me besó... y con la cruel sinceridad que me caracteriza en mi fuero interno he de decir que no fue un buen beso... pero estaba tan nervioso que me fue imposible no sonreírle con ternura; le quiero, sé que le quiero, es la bondad con pies, pero mi instinto de supervivencia me dice que me aleje.

¿Por qué?

No me veo amandole...

Me besó... no fue un buen beso.